En pleno S. XXI todavía hay tres temas que incomoda hablar abiertamente: sexo, dinero y vejez. Hoy, revisaremos algo respecto a los dos últimos.
Como ya hemos comentado previamente, no nos confundamos ni engañemos, cuidar de las personas longevas no es una carga. Como en otras tantas cuestiones en la vida, lo que se vuelve pesado es aquello que no se organiza, lo que no se planea, lo que no se administra y/o se deja para el último.
Hablar sobre los recursos económicos con los que se cuenta o no, es conveniente. Así se evitan malos entendidos, ya que cada familia mantiene expectativas sobre cómo manejar las finanzas y es con base a ello que se toman muchas decisiones.

Plantear escenarios
Como cuidador debes saber y comprender que hay adultos que se niegan a que sus familiares conozcan su situación financiera, ya sea porque no quieren reconocer su falta de recursos o porque no quieren perder el control de sus ahorros. Pero cuando existe un problema por deterioro cognitivo es recomendable que se asigne a alguien de su confianza como supervisor de sus inversiones. Entre los primeros cuestionamientos que deberán hacerse en casa están:
¿Es su hogar la mejor opción para que sea atendido tu familiar?
¿Sería más conveniente para su salud contratar un cuidador profesional o llevarlo a una residencia geriátrica?
¿Si algún integrante de la familia pudiera cuidar, habría que pagarle o cómo se le apoyaría?
¿Hay gastos pendientes de renta o hipotecas?
¿Si surgen gastos imprevistos de dónde se van a reembolsar?
No faltará quien quiera sacarle la vuelta al tema pero hay que insistir en la claridad de la fuente y el manejo de los bienes, ten presente que el dinero tiene un fuerte componente emocional, por lo que a veces nos hace ser poco racionales y tendemos al individualismo; lo cual evidentemente es poco favorablepara persona a quien cuidamos, y justo eso es lo que debemos evitar además del distanciamiento filial.

Ahorrar para la enfermedad… ¡y para la salud!
De acuerdo con cifras del Seminario Universitario Interdisciplinario sobre Envejecimiento y Vejez (SUIEV) de la UNAM, en México viven 12 millones 436 mil 321 adultos mayores, de los cuales solamente 3 millones 730 mil 896 recibe una pensión, la cual por supuesto no alcanza para su manutención. Por lo anterior, sentarse a echarle número es primordial. Toma en cuenta que ser previsor no es exageración.
Así que no dejes que te agarren de bajada los gastos, al presupuesto de alimentación, transporte y servicios básicos, añádele las cifras por concepto de medicinas, análisis, visitas al médico, adquisición de ropa y/o equipo especial, así como entretenimiento y sí, también educación.
