Con el paso de los años, el cuerpo puede dejar de producir o absorber correctamente nutrientes como calcio, ácido fólico, hierro y tiamina, entre otros; ya sea por mala alimentación, enfermedades, complicaciones o cambios propios de la longevidad.

Bueno, bonito y saludable
Es de vital importancia una alimentación balanceada, ya que es la que nos aportará un sistema inmunológico en óptimas condiciones y más si se está en confinamiento. Revisa y ajusta la dieta de tu longevo con su médico, consúltale si los alimentos más saludables que le recomienda son los granos integrales, las verduras y las frutas.
Para una mejor nutrición de tu adulto mayor, evita comida congelada y pre empacada ya que contiene más sodio, grasa y calorías. Revisa los etiquetados para descartar productos con alto contenido de sodio, conservadores, grasas saturadas o azúcares. Y recuerda que las porciones de carne deben ser pequeñas, lo cual ayuda a mantener bajo control las grasas saturadas.

Mala alimentación
Evita la desnutrición, esta acarrea debilidad del sistema inmunológico, lo cual aumenta el riesgo de infecciones. Y la falta de nutrientes le provocará mala cicatrización, debilidad muscular y menos masa ósea. También, una mala dieta le puede ocasionar debilidad muscular y menos masa ósea, lo cual le puede llevar a caídas y fracturas; así como presentar mayor riesgo de hospitalización.
Toma en consideración que algunos pacientes que tienen problemas como demencia o complicaciones dentales, ven disminuido su apetito o presentan dificultarles comer, lo que a la larga genera déficits alimentarios; en este caso, revisa con su geriatra qué opciones nutrimentales le recomienda.

Donde come uno…
Es posible que las personas mayores que comen solas no disfruten los platillos como solían hacerlo y que, por ello, también pierdan interés en cocinar y disfrutar un rico menú. Así que, ¡acompaña a tu longevo a la hora de los alimentos!
